El Valor de la Experiencia

La experiencia no llega con la edad, ciertamente, hacerse mayor, cumplir años, no lo vuelve más sabio o experimentado.

La experiencia es resultado de una mente abierta al análisis, a la reflexión y el aprendizaje continuo de las vivencias. Así, podemos encontrarnos con personas de mediana edad y aún en edad muy adulta, que no sólo no cuentan con el tesoro de la sabiduría, sino que por no tenerlo, son incluso menos capaces que los jóvenes de conseguir ese enorme valor.

La experiencia puede y debe acumularse en su fase formativa, no informativa, puede contribuir a que las personas aprendan a acumular conocimientos y experiencia. Curiosamente todos parecen coincidir en que no es lo mismo la teoría que la práctica, sin embargo en general, es necesario conocer las razones que hacen que alguien consiga el éxito que desea, o bien, que lo lleve al fracaso.

Al observar la forma en que la gente resuelve sus problemas cotidianos, los modos en que sus cuerpos se disponen para afrontar con mayor o menor facilidad las diferentes exigencias que presenta el acontecer diario, es posible pensar que sin la experiencia obtenida a lo largo de la vida, será más difícil dar solución a sus problemas presentados.

Para conocer algo debemos ser capaces de experimentarlo. La experiencia es una condición necesaria para conocer. Por lo tanto, la cualidad de la experiencia dependerá de aquello a lo que nuestros sentidos tienen acceso y de la forma en que seamos capaces de desarrollarlos.

Toda experimentación requiere modificaciones que permiten delimitar y dar forma a un proyecto. También podemos decir que la experiencia puede ser caracterizada por su capacidad de producir aprendizaje y conocimiento.

La búsqueda de alternativas como seres humanos, nos ayudan a dar continuidad a nuestra propia experiencia, de nuestro grupo social, de nuestra cultura, y en general, de la pertenencia al género humano.

La experiencia es característica fundamental de un grupo de acciones que todos realizamos a lo largo de nuestra vida. Es tan fuerte la incidencia de la experiencia y las percepciones en el aprendizaje, que muchos programas de enseñanza basan sus contenidos en la experiencia misma.

Comprender los procesos mediante los cuales damos verdadera jerarquía a las experiencias, es entender que nuestra forma de sentir, nuestra forma de pensar, nuestra forma de actuar, están organizadas de manera práctica. Se trata de permitir la experimentación de nuevos rumbos, de nuevos ritmos, de nuevas direcciones. Estamos hablando de la experiencia como un lugar de multi-resolución de la vida humana.

La Experiencia humana ha logrado que su camino por este mundo sea muy afortunado, lo ha puesto en el escalón más alto de la evolución, esto le ha permitido que se desarrolle hasta sitios insospechados y todo gracias a la experiencia y al conocimiento que se deriva de ella.